DON RICARDO EL DESEADO.

D. Ricardo Moreno, si, aquel del cambio tranquilo en Adeje, el mismo de aquello del “Quiero pactar contigo”, aquel que prometía el oro y el moro, la transparencia, la declaración de patrimonio de los concejales, el de la participación ciudadana y las reuniones sectoriales... bla, bla, bla.

D. Ricardo Moreno, aquel redentor conocido por el sobrenombre de El Deseado, aquel que disfrazado de pájaro CuCo, desalojó de CC a los viejos militantes y cual elefante en cacharrería en un plis plas, descabezó la organización y en plan coleguitas emprendió la gran promesa de cambio tranquilo.

Si hombre, aquel que engañó a los que se dejaron. El mismo que medró más de veinte años a la sombra de su Señor, el dueño del castillo. Aquel que cambió sus principio socilistos por nacionalistos, y que dijo la famosa frase histórica de “estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”.

Pues bien, el señor Moreno, parece ser que en honor a esa política de transparencia y de comunicación de sus proyectos a las bases; ha solicitado ser “LIBERADO” de la gran responsabilidad y peso que para el mismo supone levantarse a las siete de la mañana a impartir clases en el Instituto. Que para esto si que es un “maestro” del escaqueo. Se vé que necesita jornada completa para hacer oposición.

¿Alguien de ustedes recuerda desde las últimas elecciones la mociones o interpelaciones que el señor Moreno ha efectuado en su nueva faceta de líder de la oposición? Creo que en un par de ocasiones le vimos levantar la mano para votar a favor de lo propuesto por el equipo de gobierno. ¿Donde están esas reuniones sectoriales? Bien que se reunía para pedir el voto y prometía y prometía... una vez metido (el voto) se olvida de lo prometido. Esta es la oposición tranquila a la que nos va a acostumbrar durante los próximos cuatro años y para la que quiere ser liberado a tiempo total de su vocación de enseñante.

Efectivamente, al Señor Moreno, según informaciones que nos han llegado, la Consejería de Enseñanza del Gobierno Autónomo, le va a costear a cargo del bolsillo de los contribuyentes su dedicación a la política local , o sea, no dar golpe al agua.

Se ve que eso de aguantar a treinta cafres en un aula es muy duro para el señorito y prefiere seguir mamando de la teta de la administración sin el más mínimo esfuerzo; piensa que el trabajo es un castigo divino y él vivió divinamente cuando estaba en la política activa junto a su amigo Fraga y ahora tras pasar un añito en los infiernos del curro diario, ha decidido seguir viviendo del cuento.

Bueno, sus defensores, podrán decir que todo esto es legal, no digo yo que no lo sea, pero en un tiempo de crisis, en el que se le pide sacrificios a todos; los políticos deben dar ejemplo de una mínima moralidad, bien podría mirarse en el espejo de a quien decapito en CC que estuvo más de cuarenta años dedicado a la enseñanza y mas de veinte haciendo oposición, sin recibir prebendas ni favores.

"El Abejorro Socarrón"